Todos somos conscientes de la existencia de la deshidratación, que ocurre cuando no hemos ingerido los líquidos necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Sin embargo, no es habitual conocer el efecto contrario de la deshidratación: la sobrehidratación. Aunque pueda sonar extraño, los efectos de la sobrehidratación (es decir, consumir líquido en exceso)  son muy peligrosos para la salud, ya que en los casos más extremos, puede generar la muerte. Por lo tanto, no es recomendable tomar más de 7 litros de agua al día, incluyendo el líquido que contienen los alimentos.

¿Qué es la sobrehidratación?

Tal y como indica el nombre, la sobrehidratación es un exceso de agua  en el cuerpo. Esto ocurre cuando el cuerpo no está eliminando la cantidad de agua adecuada respecto al agua que se está consumiendo. No es habitual que una persona con un organismo sano pueda llegar a sufrir de deshidratación, ya que el funcionamiento de expulsión urinaria se suele encargar de eliminar el exceso de agua ingerido. Sí es común que el exceso de agua en el cuerpo pueda crear hinchazón en las piernas y en el estómago. Los atletas deben tener cuidado con el consumo de agua, puesto que paradójicamente, tratan de no deshidratarse consumiendo agua, pero terminan sobre hidratándose por no controlar la ingesta de agua respecto a la pérdida. Por lo tanto, la sobrehidratación es una consecuencia de un problema que impide que los riñones puedan expulsar agua adicional y el consumo de agua mayor del que los riñones puedan manejar.

Síntomas de la sobrehidratación

  • Hinchazón en la parte baja de las piernas.
  • Hinchazón en el estómago.
  • Líquido en los pulmones que impiden respirar con normalidad.
  • Cansancio.
  • Debilidad.
  • Confusión.
  • Orinar en exceso.

Causas de la sobrehidratación

  • Problemas de salud relacionados con los problemas renales como la insuficiencia renal y el síndrome nefrótico.
  • Problemas de salud hepáticos como la cirrosis.
  • Insuficiencia cardíaca.

Cómo tratar la sobrehidratación

  • Reducir la ingesta de líquidos. Estará pautada específicamente por un médico, quien tras la exploración clínica, decidirá cuánto líquido podrá ingerir el paciente. Normalmente, no suelen ser más de 4 vasos de agua al día, hasta que el equilibrio hídrico se restaure y pueda volver al consumo de agua habitual.
  • Si el médico lo considera conveniente, se recetará el uso de diuréticos que ayuden a orinar más (para poder eliminar el líquido de exceso del cuerpo).
  • Ajustes de líquidos y electrólitos desequilibrados por la sobrehidratación. Esto se puede hacer mediante el aumento de consumo de potasio y magnesio.