El imparable crecimiento de los hábitos saludables en nuestra sociedad favorece que cada vez más personas se apunten en gimnasios para llevar a cabo sus rutinas deportivas y entrenamientos. El hecho de vernos cada vez más en forma, y los beneficios que esto conlleva para nuestro organismo, es una de las razones por las que la gente cada vez está más concienciada de que el deporte es algo necesario en nuestro día a día, tanto para mejorar nuestras vidas como para reforzar de esta manera nuestro organismo y sobre todo nuestro sistema inmunológico.

Como bien es conocido, el deporte va estrechamente vinculado a la hidratación, ya que cualquier actividad física conlleva un aumento de la sudoración y, por consiguiente, la necesidad de agua por parte de nuestro organismo. La cantidad de agua recomendada diariamente, y en condiciones normales, es de dos litros, pero esta cantidad aumenta con la práctica de ejercicio intenso, así como con las altas temperaturas en verano.

Una forma eficiente de cubrir estas necesidades básicas de los deportistas en los gimnasios es la instalación de sistemas de ósmosis para el agua. Esto, además de ofrecer al cliente de forma gratuita un suministro de agua inagotable para cubrir sus necesidades hídricas, no requiere que el deportista tenga que llevar de casa o comprar en ningún establecimiento su bebida para la práctica del ejercicio, con lo que también se contribuye con este gesto a la conservación del medio ambiente, pues las botellas en las que se consume el agua filtrada son reciclables, con lo que se fomenta la reducción de residuos plásticos. Otra de las ventajas es que se evitan los costes para los propietarios de los establecimientos deportivos, tanto en cuanto a servicios de limpieza, para recoger los botellines vacíos, como en la instalación de dispensadores de bebidas envasadas.

De una forma fácil y sencilla, el cliente podrá rellenar, tantas veces como quiera, su botellín con un agua fresca de buen sabor y excelente calidad; un agua limpia y sana que podrá utilizar para hidratarse en todo momento que lo necesite con simplemente acudir hasta la fuente.

Esta, sin duda, también es una manera de cuidar la salud de las personas que practican deporte en los gimnasios, pues se vita de este modo que consuman el agua del grifo sin ningún tipo de depuración específica e ingieran así más cal y cloro, con las nocivas consecuencias que esta práctica puede llegar a representar para el organismo.