La sequía es un fenómeno muy preocupante, ya que genera situaciones de alarma en el momento en el que el agua empieza a ser insuficiente para el abastecimiento humano, la agricultura, la ganadería y el medio ambiente.

La sequía es una amenaza silenciosa y constante. Se produce despacio y casi sin que nos demos cuenta, la escasez de lluvia deja vacíos los embalses y quita la humedad del suelo. El ciclo seco se produce se la siguiente forma:

  • En primer lugar escasean las lluvias (sequía meteorológica) y se reflejan altos valores de transpiración del vapor por la falta de la cobertura de nubes, provocando un impacto sobre el medio ambiente (sequía ecológica), y con los embalses casi vacíos (sequía hidrológica).
  • En segundo lugar, la agricultura de secano comienza a sufrir sus efectos, y también se da la falta de agua para regar los terrenos (sequía agrícola) y para la producción hidroeléctrica.
  • Por último, en el caso de que se mantenga el déficit pluviométrico, la sequía aparece en las ciudades provocando restricciones de agua (sequía socioeconómica).

Es así como las sequías muestran una frecuencia elevada en el caso de España, a diferencia de los terremotos; una duración prolongada que puede durar varios meses incluso años, una extensión espacial numerosa y una velocidad de fijación lenta, entre otras características.

Tipos de sequías que existen:

La fijación de la sequía es muy discreta, aparte de lenta, y es por eso que es muy complicado determinar el momento en el que empieza exactamente una sequía. Su comienzo está dividido en una sucesión de episodios secos diferentes que se alternan con otros episodios más o menos lluviosos.

Tenemos que recordar que este fenómeno es muy cambiante, por lo que no podemos hablar sobre un solo tipo de sequía en España. Podemos diferenciar por lo menos cuatro tipos de sequía que se produce en nuestro país, según el área geográfica que se vea afectada: sequías cantábricas (muy poco habituales), sequías surestinas (en el sur de España) que son las más frecuentes, sequías en Cataluña (son cortas pero potentes), y sequías ibéricas que impactan prácticamente en todo el país, con una larga duración.

¿ Estamos preparados para afrontar una sequía?

La respuesta está clara ya que España no está preparada para afrontar una gran sequía.

Es necesario que nuestro país se adapte de forma urgente a la realidad provocada por el cambio climático, y a la probabilidad cada vez más cercana según nos cuentan los modelos climáticos, de que estos episodios de sequía sean cada vez más habituales en los próximos años. No están bien calculadas las medidas de los depósitos de abastecimiento urbano de agua para estas situaciones.

Es por esto que la planificación del agua en España tiene que realizarse desde la adecuada gestión de la demanda, con un ahorro y un uso racional, previniendo implantar actividades en las diferentes regiones y ciudades que supongan un elevado consumo de recursos hídricos como por ejemplo nuevos tipos de regadío.