Todas las aguas, ya sean para consumo humano, para la industria o para la agricultura, contienen sedimentos. Estos pueden ser detectados a simple vista, como cuando al abrir el grifo observamos un agua turbia. No obstante, hay muchos otros tipos de sedimentos que no son detectables para el ojo humano. Por ello, es de vital importancia contar con una red de agua que emplee los diversos filtros para poder consumir un agua en condiciones.
Un sedimento es cualquier tipo de materia que un fluido pueda transportar y que se deposita en el fondo de este fluido en forma de capa de elementos sólidos en el fondo del fluido. El origen de estos sedimentos puede deberse a diversas causa. Por ejemplo, en una planta de tratamiento de aguas residuales, esta agua puede contener desde elementos metálicos o químicos, hasta arena, barro o materia orgánica. En función de la cantidad de este tipo de residuos que contenga el agua, la calidad de ésta se verá afectada de diversas formas. Una de las más habituales es la que se produce con el agua de consumo humano, que puede cambiar de color, olor y nivel de toxicidad. Asimismo, puede tener efectos devastadores en la industria, pues puede afectar al rendimiento de la maquinaria por bloqueos o corrosión.
Existen en el mercado diversos tipos de filtros de sedimentos, en función de los residuos que se quieran eliminar. Estos filtros procesan el agua con el fin de dejarla lo más libre posible de elementos indeseados. No obstante, hay que tener en cuenta que este tipo de filtros solo eliminan los sedimentos, es decir, no pueden eliminar ni los elementos químicos ni metales pesados, ni tampoco están destinados a reducir el mal olor o sabor del agua.
Por norma general, estos filtros se dividen en función del tamaño de las partículas que son capaces de filtrar (en micras). Así, encontramos filtros nominales y filtros absolutos. En cuanto a los primeros, los nominales, un filtro de estas características de 10 micras podrá filtrar el 85 % de las partículas de este tamaño (o mayores); y un filtro absoluto de 10 micras, recogerá el 99 % de las partículas de 10 micras o mayores.
Aunque los filtros de sedimentos pueden filtrar los elementos más “visibles” del agua, no son capaces, como hemos dicho, de eliminar aquellos que no se ven. Por el contrario, un equipo de ósmosis sí que es capaz de filtrar aquellos elementos que deben ser desechados en el agua para consumo humano, tales como los metales pesados, el cloro, bacterias, virus, hongos, etc.
Una de las soluciones más demandada para conseguir un agua lo más pura posible son las fuentes de agua de ósmosis. Sin duda la manera de filtrar el agua que más garantís de salud y bienestar nos proporciona.