En muchas ocasiones nos preguntamos cuál será el mejor agua para regar las plantas. Sobre todo las que se encuentran en los huertos, ya que es evidente que según el tipo de agua que utilicemos para regarlas, ésta afectará a los frutos que salgan, que nosotros ingerimos y afectarán positiva o negativamente a nuestra salud.

En este artículo vamos a hablar sobre las aguas que proceden de distintos orígenes (del grifo, de pozo, de canal de riego, etc.) y de cuáles son sus ventajas e inconvenientes.

Tipos de agua de riego:

  • Agua de lluvia: Esta es sin ninguna duda la opción más adecuada para regar nuestro jardín o el huerto si la zona en la que vivimos no está muy contaminada. Existen ciudades en las que hay mucha contaminación ambiental, y por lo tanto el agua de lluvia que cae es ácida y contaminante como el aire porque en el momento que llueve, se limpia el aire eliminando las partículas contaminantes.Sin embargo, también existen zonas rurales que tienen el aire más puro, y por lo tanto el agua de lluvia que reciben las plantas es muy beneficiosa. Por no mencionar lo más importante de todo ¡es gratis! De esta forma ahorramos agua, dinero y además somos solidarios con el medio ambiente.

    Lo más recomendable es aprovechar el agua de lluvia que cae en el tejado y, a través de un canalón, conducirla hasta un depósito a nivel del suelo o enterrado. Las personas que tengan un pequeño patio pueden recoger el agua en cubos que le aportarán la cantidad suficiente para poder regar las plantas de interior.

  • Agua de pozo: Es una opción que también podemos utilizar para regar pero debemos tener en cuenta, que antes de utilizarla es conveniente hacer un análisis de esta agua, ya que se encuentra expuesta a la contaminación que se filtra desde la superficie. Existen casos en los que la zona de riego está rodeada de parcelas en las que usan abonos químicos o herbicidas, y estos se filtran a través del suelo pudiendo acabar sobre nuestra agua de pozo.Es un tipo de agua muy fría y es recomendable almacenarla previamente en depósitos y no regar directamente, ya que hay que tener en cuenta que puede dañar las raíces de las plantas.
  • Agua potable o del grifo: Este agua contiene bastante cloro por lo que es recomendable dejarla reposar durante unas 12/24 horas para que éste se evapore. Ocurre lo mismo con el agua de piscina, la podemos utilizar pero hay que dejarla en reposo para que se elimine el cloro.Según en la zona en la que vivamos es posible que el agua contenga mucha cal, y algunas plantas no lo toleran nada bien, por lo que existen preparados que se usan para suavizar estas aguas duras.

¿Cuál es la mejor agua para regar las plantas?

La respuesta a esta pregunta depende de la situación, las posibilidades y el entorno que tengamos cada uno.

Utilizar el agua de lluvia recogida es una forma ecológica de regar las plantas, el agua del grifo es muy cómoda pero debemos dejarla reposar, y por último el agua de pozo también es una buena opción si antes realizamos como ya hemos visto un análisis químico.

La decisión está en nuestras manos para elegir la mejor forma de regar nuestras plantas.