El tema del agua no resulta ser una gran preocupación para los españoles, y aún menos para los políticos. No obstante, deberíamos estar bastante preocupados, ya que la gestión del agua que tenemos es nefasta. Y deberíamos saber que las políticas hídricas tardan mucho en aplicarse y no se dispone hoy por hoy de ese tiempo.
Según el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas y el Grupo de Expertos de la ONU se calcula aproximadamente que sobre el año 2100, el agua habrá disminuido entre un 24 y 40%. Aunque realmente el proceso se está acelerando más rápido de lo previsto.
Debido al cambio climático se está cambiando la concepción que se tenía del territorio español al verse dividido por cuencas deficitarias y excedentarias. No obstante, hay que decir que actualmente todas son deficitarias.
Las zonas que se verán más afectadas serán las zonas costeras del Mediterráneo, ya que es donde se concentra una gran parte de la población, además de soportar una gran presión hídrica con el turismo. Castilla y la Mancha también será una de las zonas más castigadas.
En 2017 el consumo de agua en España fue de 29.000 Hm3. Por otra parte, el 79% de toda el agua consumida fue para la agricultura, lo cual dice mucho. Junto a Portugal, somos unos de los países europeos con la agricultura que más agua derrocha.
Y aunque resulte algo bastante sorprendente, el sector solo genera el 3,8% del PIB, lo cual ronda unos 40.500 millones de euros anuales.
Hay dos tipos de agricultura de regadío en España:
- Uno que resulta eficiente que gasta un 10% de agua y termina generando un 90%, por lo tanto resulta beneficiosa.
- En cambio, también está presente un sistema de regadío que resulta ineficiente, ya que acaba consumiendo un 90% del agua y tan solo genera un 10% de riqueza agrícola.
En España hay casi 3.800.000 de ha y sigue aumentando. No obstante, todos los estudios optan por reducir las ha hasta los tres millones, con lo cual, podríamos ahorrar muchísima agua.
Dicha reducción, se llevaría a cabo con el regadío poco productivo, de modo que se potenciarían las ha y así aumentaría la producción y disminución del consumo del agua, algo fundamental en el futuro.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es, que la ley de marco del agua de la Unión Europea obliga al usuario a pagar el coste real, aunque esto no se está cumpliendo en España. Todo aquello que excede los 0,15 céntimos de euro el m3, no sale rentable. Un ejemplo de ello, sería el canal de Navarra, que no paga el coste real del agua. Lo cual da mucho que pensar, ya que quien paga el desfase de la tarifa son los propios ciudadanos, lo que resulta ser insostenible social y económicamente.
El resto del consumo hídrico es de un 16% para los humanos y el 5% restante para las industrias. Debemos tener en cuenta que un producto industrial producido en Alemania, tiene un gasto de agua la mitad que si el mismo producto fuera fabricado en España. De los 29.000 hm3 que se emplea, un 72,7% proceden de unas aguas superficiales, otro 22,5% provienen de acuíferos y tan solo el 1,1% provienen de la reutilización y un 1,9% la desalinización.
En la actualidad hay millones de pozos en el país de aguas subterráneas ilegales y se calcula que con la cantidad de agua que sacan se daría de beber al país 1,3 veces. Se está haciendo un uso privado de un bien público sin pagar nada.
La disminución del gasto estatal en lo que a mantenimiento de obras públicas se refiere, ha disminuido entre 2007-2016 un 42%. Hay que decir, que España invierte en infraestructuras hídricas un 54% menos de dinero, que los que serían los principales países de la Unión Europea, cuando realmente nuestras necesidades en estos aspectos son muy superiores a las de estos países. Debido a esta gran falta de mantenimiento se pierde el 27% del agua de nuestras cañerías, mientras que en Europa tan solo supone un 12%.
Además la Unión Europea declaró a España como el país más árido del continente europeo. Y por si fuera poco, el 72% del territorio español ha sido catalogado como un país en situación de estrés hídrico, mientras que Italia que es un país homologable al nuestro solo lo es en un 26%.
Y la realidad es que España carece de política hídrica desde hace mucho. Se ha pensado más en el cemento y dar negocio a grandes empresas constructoras y eléctricas. Por lo que se debería ir terminando este asunto, y llegar a un acuerdo para disponer de un pacto de agua, el cual, debería pasar por un cumplimiento estricto de la ley del marco de agua, de la Unión Europea, dejando de lado los trasvases y dejando de hacer más pantanos.
Y deberíamos saber que estamos en un país puntero en la tecnología de la ósmosis inversa y que se están construyendo por todo el mundo desaladoras con un gran éxito.
Además, para ser conscientes de hasta donde llega el desastre hídrico en un país donde el agua es un tesoro, hay 425 campos de golf, y el consumo de agua de un campo con dieciocho hoyos supone el gasto de una ciudad de 60.000 habitantes. Y gran parte de los campos de golf están situados en la denominada España árida, por lo tanto la crisis aumenta.
Así que, se debería desarrollar un plan hidrológico basado en la ley de marco de agua de la UE, que prepare al país para hacer frente a la escasez de agua en el futuro. Para ello, se deberían llevar políticas agrarias totalmente contrarias a las actuales, y todo ello, encaminado a la no dilapidación del agua. Invertir en las cañerías que eviten la pérdida de agua, buscando así la mejor calidad de agua pública y evitar finalmente utilizar otros recursos que no son nada beneficiosos.