Pese a la importante sequía que vivieron las tierras catalanas durante el final del pasado año, que activaron todas las alertas en cuanto a cortes de suministro y restricciones, y afectaron tanto a particulares como a industrias y regadíos, no es posible compararla con la grave sequía vivida en 2007, gracias principalmente a las estructuras desarrolladas para el almacenamiento de un bien tan preciado como es el agua.
La situación de los embalses, según los datos facilitados en dicha fecha por el ACA (Agencia Catalana del Agua), era inferior al 44 por ciento, lo que provocó que se estudiasen soluciones importantes para paliar esta importante falta de suministro, como por ejemplo los transvases de otros ríos y acuíferos, o bien recurrir a barcos que abasteciesen las necesidades de la población.
Gracias a un inesperado y repentino cambio del clima, las copiosas lluvias caídas durante el invierno y la primavera, así como las abundantes nevadas que cubrieron con un espeso manto blanco los Pirineos y otras montañas catalanas, el deshielo y el agua transportada por arroyos y riachuelos provocaron la necesaria y esperada crecida del nivel de los embalses de Cataluña, con lo que se alivió las preocupaciones originadas por la falta de agua en este territorio.
Además, pese a las elevadas temperaturas alcanzadas durante esta época estival, las lluvias han hecho acto de presencia en muchos lugares de la geografía catalana aportando la hidratación necesaria tanto a las tierras como a la flora y los bosques de nuestro territorio. Esto no sólo ha sido beneficioso para evitar que nuestros embalses descendiesen nuevamente en sus niveles, sino que también ha evitado la aparición y proliferación de incendios forestales en Cataluña, lo que ha reducido el número de éstos de forma considerable.
Los embalses y pantanos catalanes se encuentran a día de hoy a un nivel del 88,18 por ciento (según los datos proporcionados por la propia página web www.embalses.net) y albergan 597 hectómetros cúbicos de agua de los 677 que son capaces de almacenar en su totalidad. Estos datos aportan gran tranquilidad tanto a usuarios como a las autoridades competentes del suministro y bienestar de los ciudadanos. Además, situándonos a las puertas del otoño, es casi seguro que las lluvias seguirán estando presentes y podremos gozar de un óptimo suministro tanto en los hogares como en las industrias y regadíos.
Los embalses catalanes en la actualidad ofrecen una imagen bien diferente de la que mostraban hace ahora un año, siendo la situación actual óptima y tranquilizadora. Esto además de todos los beneficios explicados, nos asegura un agua corriente de mejor calidad. No obstante, esta nunca llega a ser tan buena como la que pueden proporcionar sistemas de filtrado de agua, como el de ósmosis inversa, uno de los mejores a todos los niveles.