Gracias al Parlamento Europeo se aprueba una nueva normativa para fomentar el uso del agua de grifo en vez de la embotellada, ya que ésta última, acarrea consecuencias negativas como la contaminación, y en cambio el agua de grifo reducirá la traída de plomo y otras contaminaciones, de modo que será un agua más pura y con un buen tratamiento detrás, y gracias a esto se podrá reducir la compra de botellas de agua de plástico, algo beneficioso para el medio ambiente.
Por lo tanto el principal objetivo de esta normativa es mejorar la calidad del agua y que cada vez más ciudadanos puedan acceder a ella, y poder reducir en gran medida el uso de botellas de plástico, ya que según fuentes como la organización medioambientalista WWF, comenta que sería todo un logro la reducción de dichos envases, porque, aunque no se logre definitiva y completamente, sería un gran avance, ya que se reducirían el número de patógenos prácticamente eliminándolos, y dejándonos un agua de mayor calidad y con un indicio superior de potabilidad.
A pesar de todo esto, cabe decir que la gestión del agua de grifo en Europa moviliza a mucha gente, desde empresas proveedoras, como laboratorios de control o incluso administraciones sanitarias. Y además gracias a este proyecto, se podría llegar a ahorrar más de 600 millones de euros al año, es decir, un proyecto con futuro, y que aporta beneficios para todo el mundo, y asegura una mayor calidad de vida, gracias a un agua con un mantenimiento mucho más complejo y un seguimiento en su tratamiento perfecto.